Primero, vamos a definir la palabra potro o potranca, es un caballo joven en una edad comprendida entre los 0 hasta los 54 meses de vida. Como son los bebés de la manada, que mejor para nosotros relacionarnos con ellos desde temprana edad.
Tal fue el caso reportado por Konrad Lorenz, pionero en etología, que se dio cuenta que, si la primera figura en observar a la hora de nacer de unos polluelos de ganso era su cara, lo seguirían como si él fuera su propia madre. Este proceso que dura muy poco y que además es irreversible, él lo llamó imprinting.
Luego el Dr. Roller Miller, veterinario destacado en etología, publicó su libro Imprint training of the newborn foal, y se convirtió en el pionero de la técnica imprinting para potros, que podría traducirse como una exposición temprana de distintos estímulos severos al potro recién nacido.
Sin embargo, existen otros etólogos que con su experiencia han realizado otro tipo de acercamientos en los potros, sin necesidad de realizar estímulos extremos y con excelentes resultados, tal es el caso de Lucy Rees.
Ella nos enseña acerca de tener un aprendizaje temprano, el cual consiste en sujetar el potro con nuestro brazo en su cuello y lo tocamos suavemente, claro si así lo permite su madre. Lo anterior, debe realizarse el día después de nacer. El potro, como ya lo sabemos, no dejará, pero nosotros lo sostenemos hasta que se calme. Luego, le frotamos suavemente alrededor de la cola y en el cuello, esto les gusta. Si refuta, es decir, quiere huir, debemos sostenerlo hasta que se calme, y continuar tocándolo en sus piernas y cascos.
Todos estos movimientos los hacemos diariamente durante la primera semana de vida, después lo podemos realizar una vez por semana. Debe suceder en estos momentos ya que el potro es receptivo, está identificando su entorno y qué es un peligro para él, incorporando así todo lo que necesita saber para sobrevivir y lo lleva consigo el resto de su vida. Por lo tanto, es oportuno que nos acerquemos a él.
No obstante, lo que todos buscamos ante el potro, es tener una relación sana, respetuosa, sin alterar lo natural, pero indicando que nosotros hacemos parte de ellos para que no nos vea como una amenaza. Este proceso debe ser regular, de paciencia y persistencia. Con esto, podremos facilitar su futuro entrenamiento, evitando lesiones y asegurando una relación fuerte y clara. Además, conseguiremos que el potro sea un animal más tolerante, menos miedoso y agresivo.
Mientras el potro nos “coge confianza”, término coloquial para referirse a que el potro se siente cómodo con nosotros y querrá acercarse mucho más, empezará por mordernos, pero es ahí cuando nosotros debemos ser claros y no permitir hacerlo, daremos un grito y lo alejamos, si el regresa y vuelve a hacer lo mismo, volvemos a gritarlo y alejarlo, poco a poco él aprenderá. Es lo que haría la madre cuando no quiere que su cría repita un comportamiento.
Así es como se va construyendo nuestra relación con ellos. Recuerda que debemos establecer límites y ser siempre claros en el mensaje que le transmitimos.
Finalmente, nos queda claro que podemos acercarnos de una forma segura una vez el potro ha nacido, para que nos lleve grabados en su mente, y no seamos una amenaza en sus vidas. Con este proceso de relacionamiento temprano que requiere dedicación y tiempo, nos beneficiaremos a futuro para que pueda responder sin miedo a lo que pretendamos enseñarle.
Escrito por: Katherine Acosta
Fuente
González, F., Escalante, F., y Wilde, O. Técnica de imprinting, sociabilización y manejo intensivo temprano en el potrillo. (2009). REDVET – Revista Electrónica Veterinaria. Vol 10 Nº3.
Miller, R. (17 de julio de 2020) Dr. Robert Miller Comunications. Recuperado el 17 de julio de 2020 http://www.robertmmiller.com/index.html
Rees, L. (2010) La lógica del caballo. Grupo Lettera.
