Que difícil resulta muchas veces decir que “no”. Probablemente no somos conscientes de esa situación, pero si nos detenemos por un instante a reflexionar al respecto, nos daremos cuenta que algo que parece tan natural, como dar una respuesta negativa, resulta complicado y hasta nos lleva a sentir remordimiento; no sé qué nombre le pondrán a esto los psicólogos, o si puede resultar en un síndrome o patología específica, lo que quiero significar respecto a esto, es que debemos aprender a decir que NO sin remordimiento.
No se trata de responder a priori o impulsivamente, esto implica ir en consonancia con nuestros principios y valores, con lo que nos conviene, o sencillamente con lo que queremos o aquello que nos hace sentir bien o felices; no se debe responder SI para que otro se sienta bien, o para que diga que somos buenas personas, o altruistas, generosos o por simple aceptación de grupo, eso quizás, pudiera ser válido en adolescentes, pero los adultos deben saber responder de acuerdo a su propio criterio, de acuerdo a lo que le haga sentir bien en un determinado momento, no de acuerdo a lo que otro pueda pensar o sentir, cada uno es responsable de cómo se siente, y lo que debe hacer para sentirse cómodo consigo mismo y con su entorno. Esto pudiera confundirse con egoísmo o falta de empatía, pero piense por un momento lo que implica ir por la vida diciendo que SI cuando quiere decir NO.
Nadie puede dar lo que no tiene, ni proyectar lo que no transmite desde su emoción y acción, así que, aunque otro este feliz porque usted aceptó algo por obligación, o por quedar bien ante los demás, en algún momento su inconformidad va a permear su actitud, su mirada, su lenguaje corporal, en fin, ese desagrado tácito que desea ocultar lo va a delatar. Si se accede a realizar labores de trabajo que no quiere o no le gustan, el trabajo va a quedar mal hecho, no va a trabajar al 100 % de su capacidad; si decide ir a una fiesta por complacer a otros, su cara, su actitud lo hará ver amargado, y corre el riesgo de que no lo inviten más. Y lo peor de todo, su vida ha dejado de ser suya, porque esta dejando que otros tomen el control de ella, esta permitiendo que las circunstancias superen su racionalidad y capacidad de decidir.
Muchas veces dice que NO respecto a algo y luego pierde el sueño recriminándose por la respuesta que dio, todo le recuerda la cara de decepción que puso el otro, se siente juzgado, se minimiza como persona, en fin, siente que actuó mal, aunque se repita que, en ese momento, fue la respuesta correcta. Debe comprender que su fidelidad en primera instancia es para consigo mismo, no puede hacer feliz a otros si no es feliz usted mismo, aunque el concepto de felicidad sea tan relativo, pues esta solo se alcanza a retazos; nadie debe sentir remordimiento por decir que NO cuando es lo que quiere, debe, tiene o le conviene decir, además del extendido canibalismo social que practican muchas personas y abusan de
quien nunca responde negativamente a nada: creo que esa es una actitud más miserable que tener el coraje de decir NO.
Es válido acotar que esto no exime a nadie de hacer un esfuerzo por otra persona en un momento determinado, esto no se trata de dejar de ser empáticos, generosos o colaboradores, se trata de perder el miedo a defraudar a los demás, en pro de no defraudarse uno mismo. Y esta la otra cara de la moneda, sufrir y padecer cuando alguien nos dice que NO, cosa que tampoco debe ser una constante para nadie, ya que esto implica baja autoestima e inseguridad; puede haber NO que te lastimen, y el duelo sea duradero y difícil de transitar y superar, eso es normal porque somos humanos, pero debe asumirse el NO como algo circunstancial, no tomarlo como algo personal.
Quizás no es fácil entenderlo, pero cuando alguien me dice NO, se lo dice al momento, a la circunstancia, no a mí; cuando no me dan un empleo, no debo entender que no sirvo, que no soy competente, simplemente en ese momento, bajo unas determinadas circunstancias yo no soy la mejor opción para ese cargo, si vendo algún producto o servicio y el cliente se niega a comprar, no debo pensar que la negativa fue para mí, sino que fue para el producto o servicio que le ofrecí; por supuesto hay casos en los que estar
claros para lo que sirvo, cuales son mis habilidades y competencias, reducirá la cantidad de respuestas negativas que voy a recibir.
Seguramente usted esta pensando en el caso cuando su novio o novia le dice que NO, puede que ese momento la recepción del mensaje se vuelva personal, pero el tiempo mostrara que no era realmente hacia usted, solo que para ese momento toda la magia, y lo que usted representaba para su pareja, ya no estaban en sintonía con los intereses de la otra persona, por eso, ambos tienen la posibilidad de rehacer sus vidas, porque circunstancialmente encontraran personas cuyos imanes emocionales se atraigan con el suyo.
Lo importante es reflexionar respecto a no consentir que otros tomen el control de nuestras vidas, es más honesto decir un NO a tiempo, de manera prudente y hasta tierna, que acceder a darle alegría a otros a expensas de generar en nosotros un espiral de inconformidad y auto resentimiento.